Un gran monje es precisamente un gran monje.
Actualmente, la Residencia Fang albergaba a un total de once o doce personas…
Los abuelos habían fallecido uno después del otro y ahora, Fang Chen y Jiang Shijing estaban a cargo.
El señor Chen podía ser considerado como el mayordomo y la señora Chen era tanto la ama de llaves como la cocinera, tenían dos hijos gemelos que se hacían cargo de la boticaria y eran los responsables de administrar los ingredientes y las cuentas, sin embargo, todos los días en la noche tenían que entregar el libro de contabilidad a Fang Chen.
Xingzi había perdido a sus padres desde que era una niña y fue recogida por la fallecida abuela, pero desde que Jiang Shijing había entrado a la familia por medio del casamiento, la niña permanecía pegada a ella. En papel, era sólo una niña, pero en la práctica, ya había aprendido bastante sobre medicina de Jiang Shijing y ese conocimiento médico podía ser considerado de gran ayuda en momentos críticos.
Las demás personas ayudaban con los quehaceres, recolectaban y secaban los ingredientes medicinales. También había algunos aprendices jóvenes enviados desde las residencias de otras familias.
Sin embargo, no siempre estaban todas esas personas en la residencia, algunas veces algunos se iban muy lejos a buscar y recolectar ingredientes, y podía tomarles días antes de regresar. De igual manera, los aprendices no iban todos los días, la mayoría era niños de familias con carencias y, aparte de aprender nuevas habilidades, tenían que hacerse cargo de los deberes de sus propias casas.
Debido a todo esto, el mayor alboroto en esta residencia siempre tendía a ser en el las áreas frontales de la casa y generalmente no había muchas personas en las habitaciones traseras.
Esta noche, podía ser considerada como el momento más ajetreado en la parte posterior de la Residencia Fang… Los mendigos, que habían sido traídos por Fang Chen y Jiang Shijing, se asearon y luego, de mala gana se cambiaron las ropas con las que habían llegado por una ropas proporcionadas por el señor y la señora Chen. Aunque estas ropas no eran nuevas, estaban limpias y en buen estado, lo más importante era que no estaban rotas ni desgastadas.
La familia Fang había logrado tener una buena relación con la familia Jiang por muchos años y no era fortuito que hubieran terminado emparentados por el matrimonio, todas y cada una de las personas de esa familia eran cariñosas, gentiles y bondadosas.
La señora Chen miró las llagas en las manos y pies de los mendigos, chasqueó la lengua varias veces y, sin decir una sola palabra, sacó unos calentadores de manos que tenían de sobra, los llenó de carbón encendido y los fue poniendo en las manos de cada uno de ellos. “Oigan… caliéntense, miren las heridas que tienen por congelamiento… ¿Qué? ¡No se las rasquen! No se las rasquen cuando sientan comezón, como sus heridas están así, comenzaran a sentir comezón en cuanto se calienten, quédense aquí por un rato y yo les traeré un poco de medicina.”
Estos mendigos no eran personas perezosas, pero había habido una hambruna en su pueblo natal y, siendo discapacitados, llegaron a esa ciudad como un último recurso. Pero de cualquier manera, habían sido realmente irracionales al secuestrarlos primero. Si hubiera sido una persona ordinaria, no podría ser considerado de mal corazón no ayudarlos, nunca esperaron que a la familia Fang no sólo no le importó, sino que estaba dispuesta a ayudarlos a tratar sus heridas y enfermedades, e incluso tratarlos como visitantes, simplemente devolviendo la maldad con bondad.
Después de ser atendidos de esa manera por la señora Chen, todos los mendigos se sentían culpables e inquietos, y la arrogancia que tenían en el exterior había desaparecido, cada uno de ellos se volvió como una codorniz muda, tartamudeando. “No… no se moleste, ya… ya nos acostumbramos a tenerlas, estas llagas no se pondrán peor, déjelo así.”
La señora estaba en su propia casa y su carácter se evidenció, sus ojos se abrieron completamente y dijo. “¿Ustedes son los lastimados o yo? ¿Ustedes saben de medicina o yo? ¡Sostén el calentador en tu mano! No lo sueltes, regresaré más tarde.”
Cuando los dos hermanos gemelos, que por coincidencia iban pasando enfrente de la puerta, escucharon el tono de voz de la señora Chen, de repente recordaron una escena de cuando eran jóvenes y estaban siendo entrenados, encogieron el cuello y se alejaron caminando más rápido. Como resultado, antes de que pudieran girar la cabeza, la señora Chen los detuvo y les dijo. “¿Por qué estas ustedes dos corriendo? ¿Los están persiguiendo y mordiendo los fantasmas? Vengan aquí.”
Discretamente, los hermanos Xiu An y Xiu Ping, giraron la cabeza avergonzados, le sonrieron secamente y dijeron al unisón. “Madre, ¿cuál es el problema? Acabamos de cerrar la boticaria y tenemos que entregarle el libro de contabilidad al joven amo Fang.”
“¿Qué tan grande es el libro? ¿Acaso se necesita de dos personas para cargarlo?” La señora Chen les apuntó casualmente con el dedo. “Tú tráeme una botella de vino, uno fuerte, y tráeme más gazas.”
“¿Vino fuerte? ¿Para qué quieres el vino? ¿Papá te hizo enojar?” El hermano más joven susurró instigado, mientras el hermano mayor ya estaba alejándose apresuradamente con el libro.
“¿Acaso tu padre tiene el valor para hacerlo?” La señora Chen apuntó a la habitación donde estaban los mendigos y dijo. “Este cuarto está lleno de personas llagadas por el frío, es para que ellos entren en calor poco a poco.”
En cuanto escuchó sobre las heridas ocasionadas por el frío, el rostro del hermano joven se puso ligeramente verdoso.
Cuando era niño, tenía la piel muy gruesa[1], siempre buscando cualquier falla de su hermano mayor para evidenciarlo. En un día nevado, los dos hermanos habían salido a jugar con la nieve, como resultado, comenzaron a jugar y hacer maldades de nuevo, terminaron con el rostro cubierto de nieve. Finalmente, con el descuido de no temerle a la muerte, enterró el cuello de su hermano mayor y sus manos se pusieron completamente rojas por el frío, pero no se atrevió a decírselo a su madre. Cuando finalmente, su madre se dio cuenta, terminó regañándolo y su trasero terminó hinchado tres veces más de su tamaño real, su hermano se había reído de él por un mes entero.
Desafortunadamente, menos de un mes después, los dos hermanos dejaron de reírse… Los dos habían estado demasiado tiempo en la nieve y cuando regresaron a casa, remojaron sus manos y pies en agua caliente sin pensarlo. El contraste de frío y caliente había hecho que sus manos y pies se cubrieran completamente de llagas, tan hinchadas que parecían rábanos, tenían tanta fiebre y comezón que se habían rascado sin control hasta que sintieron que la muerte era mejor que vivir.
La señora Chen había cortado jengibre, lo machacó hasta hacer una pulpa, luego la mezcló con un vino fuerte y cubrió todas las llagas de los hermanos, el hermano mayor Xiu Ping estaba bien, sólo un poco adolorido, pero Xiu An tenía varías llagas abiertas y tenía tanta fiebre que lloraba, llamando a su mamá con mocos en la nariz, su hermano mayor se había reído de él por otro mes más.
Esa experiencia había sido tan intensa que era imposible que la olvidara en toda su vida, por lo que en cuanto Xiu An escuchó que iban a utilizar el mismo método, no pudo evitar hacer una mueca.
Se aprovechó de que la señora Chen no estaba prestando atención y les hizo unos gestos a los mendigos dentro de la habitación. “Les deseo la mejor suerte.”
Los mendigos. “…”
El invierno en Qingping era frío y húmedo, no era raro que muchas personas sufrieran de llagas por congelamiento, algunas procuraban cuidarlas por su propia cuenta en su casa y otras iban a la boticaria para pedir alguna prescripción, la señora Chen llevaba tiempo atendiendo a bastantes personas con este padecimiento y hacía mucho tiempo que dominaba el tratamiento. Rápidamente cortó finamente un tazón completo de jengibre, lo machacó hasta hacer la pulpa y lo bañó con el vino que le había llevado Xiu An, remojó las gasas con esa mezcla y curó las heridas de los mendigos una por una.
“Esto es bueno, cuando entra en las heridas duele un poco, pero la mejoría se observa rápidamente.” Mientras la señora Chen hablaba, el mendigo ya sentía la incomodidad y empezó a derramar lágrimas.
Por lo tanto, esas personas de temperamento fuerte no habían pasado siquiera una sola noche después de entrar a la Residencia Fang y ya habían sido doblegadas por la señora Chen. Uno por fueron quedando colgadas las manos remojadas en la mezcla de jengibre y vino, y con los ojos llenos de lágrimas le preguntaron a la señora Chen si podían ayudarle en algo, se sentían muy desvergonzados al permanecer simplemente sentados.
Con ese cuarto activo y ajetreado, Fang Chen y Jiang Shijing no podían quedarse ociosos. Sólo había una habitación de la parte trasera de la residencia que estaba cerrada y ningún sonido emanaba de ella.
Xuan Min y Xue Xian estaban acomodados temporalmente en ese cuarto.
Aunque la Residencia Fang no era pequeña, también tenía espacios limitados, los mendigos se habían acomodado en dos habitaciones laterales y los enfermos estaban recostados en otra habitación, sólo quedaban dos cuartos más desocupados, uno era para el cantero Zhang, así como para Lù Nianqi y Jiang Shining que no necesitaban dormir, los otros dos ancestros sólo podían acomodarse en el cuarto libre que quedaba.
Ni uno ni el otro era incapaz de adaptarse a situaciones inesperadas y a ninguno de los dos les importaba si dormían o no, por lo que no hubo ninguna objeción.
Naturalmente… Xue Xian, que estaba inmovilizado por el talismán de papel y pegado a la pared, había querido poner algunas objeciones, pero debido a un pensamiento inexplicable, se las tragó de regreso.
Es sólo que se había contenido un poco más y había desarrollado un buen hábito, pero a nadie le importaba y lo culpaban por no adaptarse…
Después de ayudar a la familia Jiang al atardecer, Xuan Min cerró la puerta del cuarto y se sentó en la orilla de la cama.
Desde el primer día en que Xue Xian lo había conocido, realmente nunca se había recostado y dormido, en las noches se sentaba a la mesa, cerraba los ojos y meditaba o se sentaba sobre la cama con las piernas cruzadas, manteniendo su actitud fría como la nieve de principio a fin. Su apariencia inmutable, incluso con los ojos cerrados, daba a las personas un sentido de inaccesibilidad.
Sin embargo, en ese momento, Xue Xian estaba usando el colgante de monedas de cobre para nutrir su cuerpo y no tenía tiempo para importunar a Xuan Min, por lo que toda la habitación estaba en silencio, tan callada que la familia Fang no se atrevía a molestarlos.
Antes de la cena, Jiang Shijing y Fang Chen se acercaron para invitarlos, pero cuando tocaron a la puerta no escucharon ninguna respuesta, haciéndolos casi pensar que algo les había sucedido a las dos personas dentro de la habitación. Fue Jiang Shining el que se aprovechó de su cuerpo de papel para asomar la cabeza por la abertura de la puerta, miró de un lado a otro y cuando la sacó de nuevo, les hizo señas a su hermana y a su cuñado. “No llamen a la puerta por ahora, si tienen hambre, ellos saldrán por su cuenta.”
No entendía claramente que Xuan Min y Xue Xian se estaban recuperando, pero eran impredecibles y no deberían ser interrumpidos. Además, el cuerpo de esos ancestros era de origen diferente al cuerpo de las personas comunes, no les importaba una comida de más o de menos.
La familia Fang aún no estaba familiarizada con Xue Xian y Xuan Min, sólo sabían que esas dos personas eran superiores y la mayoría de las personas excepcionales tienen temperamentos y hábitos extraños, para evitar ofenderlos o hacer algo fuera de lugar, naturalmente seguían todas las palabras de Jiang Shining.
En los días normales, la familia Fang descansaba a partir de las cinco de la tarde, pero como este día había muchas personas en la casa, no descansaron hasta que dieron las nueve u once de la noche. Las luces dentro de los cuartos del patio trasero estaban apagadas y los susurros de las conversaciones se fueron apagando poco a poco, hasta que finalmente el patio quedó completamente en silencio.
Cuando Xue Xian abrió los ojos, los repiques de la tercera guardia[2] habían estado sonando por un tiempo, todas las personas de la residencia ya se habían dormido y sólo se podía escuchar un suave ronquido. Casi todo el aceite de la lámpara se había consumido, la mecha no había sido removida por un largo tiempo y sólo emitía una tenue luz.
Sin embargo, no había abierto los ojos por el sonido de ronquido distante o por la luz agonizante, sino porque el talismán de papel que estaba pegado en su frente se había puesto inexplicablemente caliente.
Debido a la incorporación de su hueso, Xue Xian estaba un poco caliente el mismo, pero el talismán de papel que estaba pegado a su frente estaba incluso más caliente que él, tan caliente que incluso sentía que se estaba quemando. Siseó, inhaló, frunció el ceño, miró a Xuan Min y gritó. “¿Burro calvo?”
Xuan Min no le respondió.
“¿Burro calvo? Si me quitas este pedazo de papel, no me portaré como un demonio a mitad de la noche.” Xue Xian habló, soportando la sensación de quemazón en el centro de su frente.
Sin embargo, aún no había ninguna respuesta.
“¿Burro calvo?” Xue Xian sintió que algo andaba mal y, después de gritar dos veces más, cambió la forma en que le gritaba. “¡Xuan Min! No figas estar muerto, sé que no estás dormido.”
Bajo la luz tenue, se quedó mirando fijamente a la persona que estaba meditando sobre la cama y esperó por momento, pero Xuan Min aún no hacía ni el más mínimo movimiento.
“¿Estás bien…” Antes de que pudiera terminar de hablar, Xue Xian sintió que el abrazador talismán de papel que estaba sobre su frente se soltaba de pronto y después se deslizó suavemente sobre su rostro hasta aterrizar en el suelo.
En cuanto el talismán de papel cayó, Xue Xian fue capaz de moverse. No pensó en nada más y se apresuró a mover la silla de ruedas al lado de la cama, tratando de tocar la mano de Xuan Min que estaba apoyada en su regazo.
Como resultado, en cuanto tocó el dedo de Xuan Min, se quedó conmocionado.
Así es, el talismán de papel había sido creado por Xuan Min y su comportamiento anormal obviamente estaba relacionado con Xuan Min.
“Oye, ¿burro calvo?” Xue Xian buscó el pulso de Xuan Min en su muñeca y se dio cuenta de que su condición era seria y urgente, lo que lo hacía sentir inexplicablemente incómodo y ansioso.
¿Podría ser que el lunar estaba reaccionando mal otra vez?
Después de ver la situación anormal de Xuan Min varias veces, Xue Xian casi inconscientemente quería ver el pequeño lunar en su cuello. Sin embargo, la luz dentro del cuarto era demasiado tenue y era realmente difícil ver en que condición estaba ese lunar. Xue Xian tuvo que acercarse más a él.
Ese pequeño lunar no mostraba ninguna marca, pero Xue Xian se sentía un poco incómodo…
Debido a que la temperatura corporal de Xuan Min era muy alta, después de acercarse más a él, el calor de la piel en el cuello de Xuan Min inevitablemente se transmitió hasta Xue Xian, haciéndolo sudar un poco y haciendo que Xue Xian, que ya estaba cocinándose e incapaz de calmarse, sintiera aún más calor y ese fuego subió directo hasta su cabeza, cocinando su mente y dejándolo aturdido.
Como resultado, movió sus ojos de demonio inconscientemente, desde el lunar en el cuello de Xuan Min hasta el contorno de su rostro.
El calor era tan fuerte que parecía que lo iba a consumir completo y era lógico que se sintiera amodorrado, sus ojos estaban un poco vacíos y no sabía si veía algún cambio en los ojos de Xuan Min o en el puente de la nariz o…
Sin embargo, un gran monje es precisamente un gran monje e, incluso si todo su cuerpo se estuviera quemando en ese momento, no se podría ver la más mínima pista con sólo mirar su rostro.
La expresión de Xuan Min permaneció inmutable, era exactamente igual a la expresión que tenía cuando cerró los ojos al anochecer. Si Xue Xian no estuviera sintiendo el intenso golpeteo de su pulso o el incesante calor que emanaba de su cuerpo, tal vez sería engañado por su apariencia tranquila e inquebrantable.
No sabía si era por el calor de su propio cuerpo o por otra cosa, pero el pulso de Xuan Min estaba empeorando poco a poco y el calor sofocante que emitía a través de la piel de su cuello era más y más insoportable. Xue Xian miró perezosamente los ojos cerrados de Xuan Min, sin saber que era lo que le estaba sucediendo y realmente no quería moverse.
Justo cuando el exceso de calor lo hizo sentir completamente abrumado, presionó sus dedos sobre la muñeca de Xuan Min y los movió inconscientemente.
El pulso de Xuan Min que era tan fuerte como el golpeteo de un tambor dio un salto, medio abrió los ojos y giró la cabeza para mirar a Xue Xian.
Por un momento, la respiración de los dos estaba casi mezclada, lo que de repente hacía que sintieran la ilusión de estar íntimamente cerca…
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