Capítulo 5 Lingote de oro (I)


Mis ojos estaban ciegos.


El pequeño sirviente tenía las piernas cortas, pero podía correr bastante rápido, probablemente por ser tan joven, a esa edad siempre había un sentimiento impetuoso de estarse moviendo de un lado a otro. Mientras corría por su cuenta, se tenía que detener cada tres o cuatro pasos para esperar a su amo que lo iba siguiendo, los ojos del gobernador estaban realmente desubicados y no se había dado cuenta del pedazo de papel en la espalda del cuello del muchacho.

Las piernas de Xue Xian eran inútiles en ese momento, incluso cuando se convertía en papel, aún seguía estando parcialmente paralizado, sólo podía confiar en una de sus manos para mantenerse agarrado de su nueva montura.

El papel era demasiado delgado y Xue Xian revoloteaba con el viento, casi hasta el punto de soltarse el mismo de su montura que corría como un perro salvaje, sintiendo que estaba a punto de vomitar. Finalmente llegaron a la residencia del gobernador Liú, el Distrito Ningyang era considerado una zona afluente y la vida del gobernador Liú era bastante buena, su residencia tenía una superficie mucho más grande que la derruida Escuela de Medicina de la Familia Jiang.

No se podía ver gran cosa desde la calle, sin embargo,  por dentro, la residencia era muy ostentosa.

“Realmente ostentosa…” Xue Xian separó su cabeza del cuello del muchacho, giró la cabeza suavemente para observar y soltó un suspiró para sí mismo. “Realmente es demasiado ostentosa, como si estuviera buscando problemas.”

El pequeño sirviente. “¿¿¿…???”

Se quedó parado en frente del umbral con el cuello rígido, había estado sintiendo que alguien estaba detrás de él susurrando, como si estuviera pegado a  su cuello. Cuando escuchó las últimas palabras, se le erizó la piel y sintió un cosquilleó en la nuca. “¿Qui… qui… qui… quién está hablando?”

Xue Xian le contestó. “Adivina.”

El pequeño sirviente. “…”

A este bastardo no le bastaba con tratar  a la gente como caballos, además los tenía que asustar hasta hacerlos llorar.

Este pequeño muchacho sólo tenía doce o trece años y su valentía no era más grande que la punta de una aguja, las palabras revoloteantes de Xue Xian lo asustaron tanto que se echó a correr sin advertencia alguna, gritó y se dirigió directamente hacía el recibidor, sólo para tropezarse accidentalmente con la entrada y caerse.

La caída fue tan fuerte que Xue Xian se volteó y cayó porque no se estaba agarrado con firmeza, se soltó del cuello del muchacho y aterrizó en el suelo suavemente. Estaba a punto de agarrarse de la ropa de nuevo cuando ese niño, que parecía un conejo, ya se había levantado inmediatamente y había dado dos pasos.

Xue Xian. “…”

¿Cómo esperaba robarse las gallinas sin perder arroz? Después de molestar al muchacho había ganado su propia retribución, eso era todo.

En el suelo, sólo se veía un pedazo de papel que había sido doblado varias veces, pero nadie se dio cuenta. En ese momento, el recibidor estaba envuelto en el caos, todas las personas estaban aterradas y llorando alrededor de un muchacho joven.

El frente de ese muchacho estaba completamente mojado, tenía el cabello desordenado y se le había pegado al rostro, sin embargo,  cuando movieron el cabello, su cara estaba pálida. Tenía los ojos completamente cerrados y no entraba ni salía aire de su cuerpo.

Cuando el gobernador Liú trastabilló hasta el lugar, la escena que vio fue tan sorprendente que sus piernas se doblaron.

“Jin-er, ¿qué…”

Xue Xian, que estaba paralizado en el suelo, volteó la cara y vio una ola de pies apresurándose hacía su cara.

Xue Xian. “……………”

Sus ojos estaban obscuros y ya no podía importarle nada más, se agarró al tallo de una hierba que sobresalía entre las baldosas del suelo usando toda su fuerza para tratar de quitarse del camino. Sorpresivamente, cuando sólo había logrado moverse un par de centímetros, su cuerpo fue agarrado por un par de dedos.

“¡¿Quién es el bastardo que se atreve a agarrarme?! ¡Suéltame!” Xue Xian no pudo evitar ponerse a maldecir, giró la cabeza para ver y casi se queda sin aliento.

¡Ese desventurado monje calvo de nuevo!

La razón por la que Xue Xian había venido a la Residencia Liú era para observar al gobernador Liú y luego, buscar la oportunidad para obtener más pistas. ¿Por qué el burro calvo lo había seguido? ¿Acaso no era claro que no quería hablar con él nunca? ¿Sólo había ido a atraparlo de nuevo?

Hay tantos obstáculos malvados con los que se podía topar en el mundo, ¡¿por qué ese burro calvo tenía que ensañarse con él?! Xue Xian maldecía indignado en su corazón, simplemente lo aburría.

Se agarró del tallo de la hierba y no se soltó, finalmente el monje lo recogió con todo y el pasto.

Xuan Min estaba sosteniendo al fugitivo en una mano, sus ojos brillosos se movieron despacio y su mirada cayó sobre Xue Xian mostrando reproche.

Xue Xian volteó los ojos. “…” ‘¿Quién eres?’

En ese momento, entre toda la gente que corría de un lado a otro, Xuan Min pateó suavemente una piedrita del jardín, la piedrita rodó dos veces y terminó coincidentemente a los pies del gobernador. El señor Liú que caminaba a trompicones y apresurado, pisó la piedra, perdió el equilibrio de repente y se cayó hacía adelante.

También fue coincidencia que, al caer, el gobernador golpeó el pecho del muchacho inerte.

“Cof… cof, ¡cof!”

El gobernador Liú se levantó apresurado y, justo cuando estaba a punto de gritarle a la piedrita que era un objeto inanimado, escuchó que el joven muchacho sin vida tosió un trago de agua de pronto. Tosió con mucha violencia hasta que su rostro se sonrojó y ganó un poco de vitalidad de nuevo, tomó un respiro y se calmó lentamente.

Las personas en el recibidor explotaron inmediatamente, había muchos que estaban felices y muchos que estaban sorprendidos.

El gobernador Liú se quedó aturdido por un largo tiempo antes de poder recuperar sus sentidos, rápidamente se llevó al muchacho de regreso a su habitación para que descansara y luego fue a llamar al médico.

Consoló a su esposa que estaba llorando con los ojos rojos e hinchados, luego se dio la vuelta, miró la piedrita en el suelo con una expresión compleja y luego miró a Xuan Min.

Esta situación turbulenta había dejado al gobernador un poco agotado, el cielo se había puesto gradualmente blanco y la luz sutil de la mañana caía sobre el patio de la residencia. El gobernador miró a Xuan Min de pies a cabeza una y otra vez…

Aún sentía que ese monje era demasiado joven como para considerarlo seriamente un monje, sin embargo,  aparte de eso, parecía que realmente estaba calificado. Las personas veinteañeras soñaban con convertirse en monjes eminentes, pero por lo general no eran más que sueños descabellados, el pendiente de monedas de emperador que colgaba de su cintura seguía siendo bastante discreto y, excepto por las personas que no sabían nada del tema, todos pensarían que esa persona era un charlatán.

Pero la serie de eventos que acababan de suceder estaban claramente a la vista…

En cuanto Xuan Min le había dicho alguien tomó su lugar, su hijo Liú Jin se había caído al pozo. El gobernador había estado corriendo, él pateó la piedrita hasta sus pies, con la que se tropezó y cayó para revivir a Liú Jin.

Podría decirse que algo así no era más que una coincidencia, sin embargo,  en este momento, el gobernador Liú no se atrevía a decir nada respecto a la palabra coincidencia.

¿Sería posible que ese monje realmente fuera un monje eminente?

El gobernador Liú levantó las manos, insistiendo en mantener una sonrisa embarazosa y arqueó los brazos en ademán de disculpa y agradecimiento hacía Xuan Min. “Mis ojos no vieron, mis ojos estaban ciegos…”

Xuan Min lo ignoró, simplemente levantó los ojos y vio con detenimiento el patio de la residencia.

Sus acciones hicieron que el gobernador hiciera un sonido de reproche con la boca. “Gran Maestro, fui muy descuidado hace un momento… no se moleste conmigo, soy sólo una persona imprudente., pero ciertamente hay una razón para mi rudeza, si observa la residencia, había pedido especialmente a alguien para que hiciera renovaciones para mejorar la energía, ¿cómo es posible que me haya quedado sin suerte tan pronto?”

Xue Xian se burló. “Fue un esfuerzo superficial.”

A pesar de decir eso, la residencia del gobernador no parecía tener ningún problema, localizada en el norte con vista al sur, a los pies de la montaña, el acomodo de las habitaciones seguía  la configuración de cuatro ríos regresando al templo, acumulando riqueza y energía. Enfrente del vestíbulo, había un estanque sinuoso de peces con dos vueltas, siguiendo el arreglo de agua curvada hacía Mingtang[1] que garantizaba la prosperidad de los habitantes de esa casa y avances en el trabajo.

Obviamente, Xue Xian sólo sabía un poco sobre el arte de la geomancia, él era una criatura escamosa que no tenía la necesidad de preocuparse por esas cosas.

Él veía, basado en su intuición, que realmente había algo malo con esa residencia. En cuanto había cruzado el umbral, sintió que esa casa lo hacía sentir extremadamente incomodo por lo que se tragó sus palabras y pensó que el gobernador le estaba poniendo atención a la muerte.

En cuanto a que era lo que estaba mal y como se podía resolver, era el asunto del burro calvo y no tenía nada que ver con él.

Acababa de tener una pelea con los dedos de Xuan Min y, después de estar enredado unilateralmente por un rato, finalmente se había agotado a sí mismo y tuvo que calmarse temporalmente. Después de todo, el cuerpo hecho de piel de papel delgado lo restringía mucho lo que hacía que Xue Xian, una persona que había sido arrogante e indulgente en sus primeros años de vida, se sintiera profundamente agraviado.

Fue empujado de vuelta a la bolsa por Xuan Min, volteó los ojos y se asomó por la abertura de la bolsa para ver a detalle la residencia del gobernador, cuando de pronto alguien cerca hizo un ruido.

“¿Qué estas murmurando? ¿Dónde estamos?” Jiang Shining, que había estado recostado al fondo de la bolsa obscura por un largo tiempo, finalmente tuvo el coraje para levantarse y asentir con la cabeza. Parecía que le tenía miedo a Xuan Min por lo que sólo se atrevió a hablar con un tono muy bajo, la voz era tan suave que sólo Xue Xian era capaz de escucharla.

“Estamos en la residencia del gobernador.” Xue Xian se burló. “No lo has visto, ¿estás medio sordo? ¿Cuánto tiempo lleva la gente allá afuera gritando y llorando?…”

La voz de Jing Shining se congeló. “¿… gobernador? ¿El gobernador del distrito de Ningyang?”

Xue Xian le respondió molesto. “¿Quién más?”

Jing Shining de repente se quedó sin palabras.

Xue Xian sintió que el ambiente se ponía un poco incómodo por lo que no pudo evitar mirarlo de reojo. “¿Te quedaste mudo?”

Jiang Shining se recostó en silenció al fondo de la bolsa y dijo con un suspiro. “Sólo recordé unas cosas de hace tiempo.”

Xue Xian. “¿Cosas de hace tiempo?”

“La Escuela de Medicina de la Familia Jiang hacía una pequeña celebración con el Gobernador Liú.” Jiang Shining susurró.

Xue Xian le preguntó. “¿De qué era la celebración?”

Jiang Shining se quedó callado por un rato y susurró. “La celebración de la Vida.”

Xue Xian. “……………” Todas esas personas habían muerto, ¿podría seguir utilizando la palabra celebración de manera tan simple?

Xue Xian quería seguir preguntándole, pero Xuan Min se dio la vuelta de pronto y habló con una voz fría al lado de la puerta. “¿Quién está detrás de la pared?”

 


[1] Nota del traductor: MingTang.- Salón Brillante. Era un espacio religioso Imperial construido dentro del complejo del Palacio Imperial en Chang’an durante la Dinastía Han. https://wiki.samurai-archives.com/index.php?title=Mingtang#:~:text=The%20Mingtang%20(lit.,Dynasty%20in%20the%2020th%20century.


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