Cui Buqu
Investigar todo lo que sucediĆ³ durante una noche en un clima tan terrible, era realmente arduo.
El
lugar del desafortunado incidente no estaba lejos de la ciudad de Liugong, por
lo que la noticia del asesinato del embajador de Khotan mientras se dirigĆa
hacia allĆ se extendiĆ³ por toda la ciudad.
El
magistrado del condado estaba asustado, aterrorizado de que lo involucraran.
Casualmente
en este momento, desde la capital, llegaron algunas personas por orden del
Emperador de recibir al Embajador Khotan.
ĀæQuiĆ©n
podrĆa haber adivinado que antes de poder recibirlo, se habĆan encontrado con
un caso de asesinato?
El
magistrado del condado de la ciudad de Liugong estaba temblando de miedo, en
una pose servil, Ć©l solo querĆa desechar la responsabilidad como una papa
caliente.
Sin
embargo, lo que lo sorprendiĆ³ fue que este importante huĆ©sped de la capital no
era fĆ”cil de tratar. No dijo nada al respecto, pero aceptĆ³ el caso y sacĆ³
a la gente a investigar.
El magistrado
del condado, Liu Lin, levantĆ³ la cabeza y observĆ³ cĆ³mo el viento se calmaba
gradualmente y la nieve amainaba. Ćl exhalĆ³ un suspiro.
Como magistrado
del condado de la ciudad de Liugong, serĆa difĆcil para Ć©l evitar asumir la
responsabilidad si la Corte Imperial quisiera investigar la muerte del
embajador de Khotan fuera de su ciudad.
Mientras
reflexionaba sobre ello, no tenĆa idea de quĆ© bandido era tan audaz como para
asesinar al embajador de otro paĆs. Pero por asĆ decirlo, nunca habĆa oĆdo
hablar de ningĆŗn bandolero audaz en Liugong.
Los
ladrones de poca monta no se habrĆan atrevido a intentar crear una escena tan
grandeā¦.
Mientras
pensaba volteaba el cadƔver para echar un vistazo.
Todos
los guardias estaban ocupados barriendo la nieve que se habĆa acumulado,
revelando entre siete y ocho cadƔveres que estaban enterrados debajo.
La
mayorĆa de ellos tenĆan las mismas heridas que el cadĆ”ver anterior, les habĆa
rajado la garganta, herida que les quitĆ³ la vida.
Solo
el hombre vestido lujosamente en el carruaje de caballos tenĆa un agujero
perforado en el pecho.
Liu
Lin naturalmente se inclinĆ³ para sacar un cuchillo de la nieve y exclamĆ³
abruptamente: "Ā”Un cuchillo largo de los GƶktĆ¼rks!"
"Ā”AquĆ
tambiĆ©n hay un cuchillo largo!" otro agente gritĆ³.
Mientras
levantaban el cuchillo, todavĆa habĆa sangre en Ć©l. Este era un arma que
habĆa matado a muchas personas.
Ā”ĀæPodrĆan
ser los GƶktĆ¼rks quienes lo hicieron?! Liu Lin se sintiĆ³ asombrado.
Cuanto
mĆ”s lo pensaba, mĆ”s probable era que sintiera que era una teorĆa posible.
Todos
sabĆan que, si los GƶktĆ¼rks y el Gran Sui se involucraban en una guerra, los
que estaban al margen tampoco se atreverĆan a dormir en paz.
Durante
mucho tiempo, los GƶktĆ¼rks estaban disgustados por el hecho de que Khotan
decidiĆ³ huir y esconderse bajo los estandartes de la dinastĆa Sui, por lo que
podrĆan haber aprovechado esta oportunidad para asesinar al embajador para
provocar una disputa entre Khotan y la dinastĆa Sui, volviĆ©ndose paĆses
enemigos.
Mucha
gente habĆa llegado a la misma conclusiĆ³n que Liu Lin.
En
este momento, el caso estaba llegando a su clĆmax, listo para concluir y
determinar la causa y la razĆ³n del asesinato del embajador, pero Liu Lin no
pudo prepararse para el prĆ³ximo dolor de cabeza que vendrĆa: si los GƶktĆ¼rks aparecieron
cerca la Ciudad de Liungong, podrĆan haberse escabullido dentro de ella.
El
gremio de Linlang recientemente querĆa celebrar su evento de subasta anual
en Liugong. La gente de todas partes, los ricos, pugilistas de todos los
clanes y sectas, se reunirĆan allĆ.
Sin
embargo, en este momento, tenĆan que lidiar con un caso de asesinato.
Ya
podĆa prever el destino que le esperaba. Si no manejaba bien sus deberes y
permitĆa que la responsabilidad de que los GƶktĆ¼rks se infiltraran en la ciudad
se cerrara sobre su cabeza, estarĆa condenado.
Pensando
que pronto podrĆa perder su trabajo, Liu Lin pudo ver una premonitoria nube
negra ante sus ojos. SintiĆ³ que sus manos y piernas se debilitaban.
Entre
los subordinados del invitado importante, habĆa un joven con el apellido de
Pei. SaliĆ³ del carruaje, sosteniendo un pequeƱo cofre.
El
modelo de ese cofre era cada vez mĆ”s popular en la capital en los Ćŗltimos
tiempos. Era pequeƱo y tenĆa tres cajones. DetrĆ”s del tercer cajĆ³n,
ocho columnas estaban presentes.
Era
conveniente poner cosas como cosmƩticos y pequeƱos manjares
dentro. Colocarlo en el carruaje era realmente conveniente y amado por las
mujeres. Algunas mujeres adineradas incluso colocaban joyas y tesoros
caros en ellos.
Pei
Jingzhe sostuvo el cofre en sus manos. Aunque no era tan lujoso como los que
se verĆan en la capital, todavĆa estaba hecho de buena madera y elaborado con
excelsitud. Mirando mĆ”s de cerca, incluso se podĆa ver el grabado de una
mujer vestida con ropa tradicional de Khotan bailando.
El
tercer cajĆ³n fue sacado.
En el
primer cajĆ³n se colocaron duraznos y albaricoques secos. En el segundo,
algunas joyas y adornos para el cabello. Descubrieron algunas placas
utilizadas por las mujeres cuando abrieron el tercer cajĆ³n. HabĆa patrones
de peces, insectos, estrellas y lunas recortados con una lƔmina dorada.
ParecerĆa
que habĆa mujeres entre esta compaƱĆa, pensĆ³ Liu Lin.
Esto
no era sorprendente. SegĆŗn los rumores, el embajador del Reino de Khotan
era un pariente de su rey. Era perfectamente natural para ellos traer una
concubina o dos cuando salĆan del reino.
Sin
embargo, fue lamentable que antes de que pudieran presenciar la grandiosa
ciudad de Daxing, hubieran perdido la vida.
āBusca
si hay cadĆ”veres femeninosā. Al mismo tiempo, el hombre tambiĆ©n hablĆ³.
Cuando
dio la orden, todos lo escucharon de inmediato, desmontando sus caballos para
armar en la bĆŗsqueda.
El
costoso abrigo que anteriormente pertenecĆa al hombre, en este momento, fue
desechado en el suelo en medio de la nieve. Liu Lin observĆ³ con angustia y
murmurĆ³ para sĆ mismo, antes de llamar su atenciĆ³n y unirse a la bĆŗsqueda.
Entre
esta compaƱĆa, a excepciĆ³n de los guardaespaldas montados, habĆa cuatro
carruajes presentes. Los embajadores de Khotan compartieron uno. Uno
fue usado para llevar provisiones. Otro contenĆa tributos destinados al
Emperador Sui.
El
Ćŗltimo, un carruaje mĆ”s pequeƱo, debe haber sido para las sirvientas del
embajador. Pronto descubrieron dos cadƔveres enterrados en la nieve cerca
de ese carruaje. Se observĆ³ la misma herida profunda en sus gargantas que
reclamĆ³ sus vidas.
Las
dos criadas eran bastante hermosas. Liu Lin pensĆ³ que ambas podrĆan haber
sido los calentadores de cama del embajador y sus sirvientes.
Pero
cuando el hombre se arrodillĆ³, su nariz casi tocĆ³ a una de las doncellas
fallecidas, casi como si fuera a besarla. Al observar rasgos tan hermosos
cerca de la cara de un difunto que tenĆa manchas verdes y negras, Liu Lin no
pudo evitar temblar.
Pero
al hombre no pareciĆ³ importarle mucho y permaneciĆ³ en esa
posiciĆ³n. ExaminĆ³ el cadĆ”ver de cerca, olisqueando todo el camino e
incluso extendiĆ³ la mano para desabrochar el vestido del cadĆ”ver con los
dedos.
Ā”Se
veĆa exactamente como un hombre pervertido! El joven que antes parecĆa muy
tranquilo tampoco podĆa soportar la vista delante de Ć©l y gritĆ³: "Ā”Lang
Jun!"
"ĀæA
quĆ© le gritas?" El hombre respondiĆ³ y caminĆ³ hacia el otro cadĆ”ver y
se arrodillĆ³ una vez mĆ”s, olisqueando por un largo tiempo antes de declarar:
āHay otra mujer. BĆŗscala.ā
āĀæHabĆa
alguien mĆ”s aparte de ellas?ā Liu Lin estaba aturdido.
El
hombre, un poco impaciente, explicĆ³: āDentro del carruaje, olĆ un aroma que no
encontrƩ en el cuerpo de estas dos mujeres. Entonces, hay otra mujer
alrededor. Ā”EncuĆ©ntrala!"
Todos
se movieron rƔpidamente para buscar, pero al final, solo lograron descubrir
veintiĆŗn cuerpos; aparte de los dos cadĆ”veres femeninos, el resto eran
hombres.
El
hombre hablĆ³ con Liu Lin: āDeja un equipo aquĆ para asistir a la escena del
crimen. Trae el resto de los cuerpos de vuelta.ā
Entonces,
Āæya estĆ” hecho?
El rey
de Khotan querrĆa investigar el asesinato de su embajador aquĆ. Si los
cuerpos fueran removidos y el sol volviera a salir, toda la evidencia serĆa
eliminada. Entonces, ĀæcĆ³mo iban a investigar el caso?
Liu
Lin parecĆa confundido. QuerĆa preguntar, pero no se atreviĆ³ a hacerlo,
por lo que solo pudo mirar a Pei Jingzhe y le dio algunas pistas con algunas
miradas.
Pei
Jingzhe suspirĆ³. CogiĆ³ el costoso abrigo que habĆa tirado al suelo y se
preparĆ³ para un buen regaƱo.
āLang
Jun, Āænos vamos? ĀæNo haremos algo con los carruajes y los caballos?ā
El
hombre le volviĆ³ a preguntar: "Dime, si te quedas aquĆ, ĀæquĆ© mĆ”s se puede
hacer?"
Liu
Lin estaba tartamudeando mientras interceptaba: "ĀæNo deberĆamos traer los
carruajes y las armas de vuelta para tener una evidencia sĆ³lida? En el
futuro, si la gente pregunta, al menos tenemos algo que mostrarles ".
El
hombre respondiĆ³: "No hay necesidad de carruajes, pero las armas se pueden
volver a unir con los cuerpos".
No se
explicĆ³ mucho cuando se subiĆ³ a su caballo y se dio la vuelta. Su tĆŗnica
blanca ondeaba en el viento mientras se iba. Los hombres restantes se
miraron, sin saber quƩ hacer.
Los
agentes ubicados en pequeƱas regiones no estaban tan entrenados y capacitados
como los de la capital. Para compararlos con hombres de la Oficina
Jiejian, se podrĆan decir cosas aĆŗn menores.
Pei
Jingzhe solo pudo quedarse atrĆ”s y darle instrucciones a Liu Lin sobre cĆ³mo
limpiar la escena del crimen. Un equipo de hombres enviarĆa los cuerpos y
las armas de regreso a la ciudad antes de regresar a la mansiĆ³n Qiushan.
La
mansiĆ³n Qiushan estaba situada en el sureste de la ciudad de Liugong y estaba rodeada
de montaƱas y cuerpos de agua, ofreciendo una sensaciĆ³n de tranquilidad entre
la inquietud.
La
esposa del magistrado del condado Zhao pertenecĆa a una familia muy rica entre
los lugareƱos; asĆ, esta mansiĆ³n habĆa sido el regalo de bodas de su
esposa.
Cada
asueto de primavera traĆa a su familia allĆ para vivir unos dĆas. Esta
vez, antes de que el embajador de la capital aĆŗn no llegara, ya habĆa asignado
sirvientes para ordenar la mansiĆ³n. Una vez que llegara el invitado
importante, podrĆan llevarlo aquĆ directamente.
Si el
huĆ©sped se sintiera cĆ³modo, tambiĆ©n tendrĆa menos problemas que enfrentar.
Pei
Jingzhe disfrutaba bastante de estar en la mansiĆ³n Qiushan, especialmente
cuando la nieve no se habĆa derretido por completo y las ramas y las hojas
nuevas ya comenzaban a brotar. TenĆa una elegancia que no podĆa encontrar
en la capital, por lo que cada vez que lo visitaba, su estado de Ɣnimo
automƔticamente mejoraba.
Incluso
si supiera que el estado de Ɣnimo del Segundo comandante de la Oficina Jiejian
serĆa malo durante los prĆ³ximos dĆas.
La
campana de cobre se balanceĆ³ debajo de la cornisa, y el hombre sentado en el
pĆ³rtico reclinado, parecĆa perezoso, pero sus dedos eran hĆ”biles mientras
enrollaban una carta antes de insertarla en un tubo de bambĆŗ.
Pei
Jingzhe no pudo evitar aligerar sus pasos, pero las pestaƱas del otro hombre
temblaron como si ya hubiera notado su presencia.
"EnvĆa
algunos hombres para investigar a la mujer que el embajador trajo con Ć©l"
dijo Feng Xiao mientras pasaba el tubo de bambĆŗ que contenĆa la carta a Pei
Jingzhe.
El
condado de Qiemo era un lugar situado entre la ciudad de Liungong y el Reino de
Khotan. En la superficie, pertenecĆa a la dinastĆa Sui. Sin embargo,
los GƶktĆ¼rks y la DinastĆa del Sur estaban en guerra con el condado de
Qiemo. Por lo tanto, no habĆan pensado mucho en este lugar.
Desde
las llanuras centrales hasta las regiones occidentales, el condado de Qiemo era
un lugar que inevitablemente tenĆan que pasar. DespuĆ©s de mucho tiempo,
este se habĆa convertido en un lugar para reponer los suministros. Gente
de todas partes del paĆs se reunirĆa allĆ para tomar un respiro.
La
Oficina de Jiejian habĆa colocado una fortaleza allĆ desde hacĆa mucho tiempo
para que pudieran enviar cartas con informaciĆ³n convenientemente.
Pei
Jingzhe, que tomĆ³ el tubo de bambĆŗ, no pudo evitar preguntar: "ĀæTiene una
pista sobre este caso en este momento?"
Feng
Xiao tomando un documento lo arrojĆ³ hacia Ć©l.
Pei
Jingzhe atrapĆ”ndolo torpemente lo abriĆ³. El nombre del embajador era Yuchi
Jinwu, el sobrino del Rey Khotan. En la carta, el Rey Khotan expresĆ³ su
sinceridad y admiraciĆ³n por la dinastĆa Sui, con la esperanza de que pudieran
formar una alianza y ayudarse mutuamente a derrotar a los GƶktĆ¼rks.
La
verdad finalmente se supo: el Rey Khotan habĆa querido que la dinastĆa Sui los
ayudara a lidiar con los GƶktĆ¼rks, pero tambiĆ©n temĆan que la dinastĆa Sui les
imponga su gobierno.
Entonces,
por un lado, el Rey Khotan se esforzĆ³ por formar una relaciĆ³n con la dinastĆa
Sui, pero, por otro lado, tambiĆ©n desconfiaban de la dinastĆa Sui.
El
edicto real solo estaba destinado al emperador de la dinastĆa Sui, pero dado
que el embajador estaba muerto, para resolver el caso, se habĆa convertido en
parte de la evidencia; por lo tanto, fue confiado a su cuidado.
El
asesinato de Yuchi Jinwu y su compaƱĆa no fue por riquezas ni
pertenencias. Sin embargo, el edicto imperial todavĆa se dejĆ³ en el
carruaje. Todo estaba en su lugar.
Pei
Jingzhe cerrĆ³ el pergamino real y despuĆ©s de terminar de leer le hablĆ³ a Feng Xiao:
āLang
Jun, un Khotaniano fue asesinado dentro de las tierras Sui. Esto traerĆa
vergĆ¼enza al orgullo de la dinastĆa, ademĆ”s de crear un enfrentamiento entre
Khotan y la dinastĆa Sui. Esto parece algo que harĆan los GƶktĆ¼rks."
Feng
Xiao alzĆ³ una ceja: "Vinieron a nuestras tierras y asesinaron a
alguien. ĀæPor quĆ© tuvieron que usar un cuchillo turco? Si hubieran
usado una espada hecha en las llanuras centrales, no tendrĆamos una pista para
trabajar."
Pei
Jingzhe se tocĆ³ la barbilla, āLos GƶktĆ¼rks siempre han sido impulsivos y
violentos. Si hubieran asesinado a plena luz del dĆa, no serĆa
inusual. Aparte de eso, ahora los GƶktĆ¼rks y las llanuras centrales estĆ”n en
guerra. Entonces, si se hubieran llevado las armas, Āælo hubiĆ©ramos sabido?ā
Feng
Xiao: "ĀæNo te diste cuenta que, en ese carruaje, faltaba algo mĆ”s?"
Pei
Jingzhe pensĆ³ un tiempo largo. El pergamino real, que era la evidencia mĆ”s
importante, todavĆa estaba allĆ. ĀæQuĆ© mĆ”s podrĆa haber faltado? Los
tributos traĆdos por el embajador de Khotan tambiĆ©n estaban allĆ...
De
repente, una luz de conocimiento cruzĆ³ por sus ojos, āĀ”La lista de
tributos! No encontramos ninguna lista sobre los tributos.ā
Feng
Xiao dejĆ³ escapar un 'Mn' como si sintiera que Pei Jingzhe no estaba
completamente fuera de toda esperanza.
Pei
Jingzhe se habĆa acostumbrado desde hacĆa mucho tiempo a los modales extraƱos
del Segundo Comandante, por lo que se sorprendiĆ³ recibir la aprobaciĆ³n de Feng
Xiao.
AƱadiĆ³,
ademĆ”s: āEl asesino se llevĆ³ la lista de tributos, ĀæpodrĆa ser que se llevaron
uno de los tributos y no quisieron que lo supiƩramos? Pero entonces solo
tenemos que preguntarle al Rey de Khotan, y todo estarĆ” claro.ā
Feng
Xiao: āEl tiempo que lleva viajar de aquĆ para allĆ” serĆa suficiente para hacer
muchas cosas. TrĆ”eme el cofre que encontraste antes.ā
Pei
Jingzhe obedeciĆ³ y sacĆ³ el cofre, abriendo cada cajĆ³n.
Feng
Xiao: "Algo falta."
Pei
Jingzhe parecĆa sorprendido. No se habĆa dado cuenta de que faltaba algo,
aunque habĆa buscado varias veces.
Pero
si se atrevĆa a decir ese pensamiento en voz alta, sin duda serĆa
regaƱado. Entonces, Pei Jingzhe solo respondiĆ³ honestamente:
āPido
disculpas por mi lentitud. Lang Jun, por favor, ilumĆneme ".
Feng
Xiao, "CosmƩticos".
Las
personas que podĆan permanecer al lado del Segundo Comandante nunca serĆan
demasiado estĆŗpidas. Pei Jingzhe conectĆ³ de inmediato los puntos.
āHay
carillas en el cofre, por lo que tambiƩn debe haber lƔpiz labial y
perfume. Pero el perfume y la fragancia en el carro no son del mismo aroma
que se encuentra en esas dos criadas. Por lo tanto, deberĆa haber habido
otra mujer; de hecho, es probable que sea una querida concubina de Yuchi
Jinwu. ĀæFue secuestrada? No, eso no estĆ” bien. El cofre no estaba
desordenado. Todo estaba perfectamente colocado. Cuando se la
llevaron, seguramente no fue a la fuerza...ā
Cuando
llegĆ³ al final de su anĆ”lisis, exclamĆ³: "Ā”ĀæEl asesino es la mujer
desaparecida?!"
Feng
Xiao se doblĆ³ las mangas, āPuede que no lo sea, pero ciertamente estĆ”
relacionada con el caso. El asesino usĆ³ cuchillos turcos, pero podrĆan no
ser los GƶktĆ¼rks. Investiga el asunto e infĆ³rmame en tres dĆas.ā
Pei
Jingzhe se inclinĆ³ levemente, "SĆ".
......
Tres
dĆas no es mucho tiempo, pero tampoco es poco tiempo. Los dĆas pasaron
indolentemente y fue arduo pasar a travƩs de ellos.
Pei
Jingzhe conocĆa los gestos de Feng Xiao. Tres dĆas significaban
exactamente tres dĆas. No soportarĆa una demora de ni una
hora. Entonces, por orden de Feng Xiao, enviĆ³ palomas mensajeras y al
mismo tiempo enviĆ³ hombres a caballo.
Las
palomas que enviĆ³ en Qiemo se encontraron con una tormenta de viento y nunca
regresaron. Afortunadamente, habĆa preparado planes de respaldo. Al
tercer dĆa, los hombres que enviĆ³ regresaron con cartas.
Feng
Xiao hablĆ³ con los ojos entrecerrados: "Habla, habla".
Pei
Jingzhe respondiĆ³ con sinceridad: āYuchi Jinwu vino a las llanuras centrales
hace unos aƱos; conociĆ³ a una mujer en la ciudad de Liungong con el
apellido de Qin. DespuĆ©s de muchas asechanzas, la tomĆ³ como su concubina y
la llevĆ³ de regreso a Khotan.ā
āYuchi
Jinwu atesoraba a la doncella Qin. Cada vez que venĆa a las llanaruas
centrales para ofrecer tributos, la traĆa consigo. DespuĆ©s de que el grupo
viajero fue aniquilado, es muy probable que fue esta doncella Qin quien
desapareciĆ³ā.
Feng
Xiao, "ĀæEso es todo?"
Pei Jingzhe
continuĆ³: āEn cuanto a dĆ³nde vive esta doncella Qin, lo hemos
investigado. Fue un largo viaje hasta allĆ, pero he logrado encontrar
algo. Sus padres ambos fallecieron; asĆ, ella vivĆa en la casa de su
tĆa. DespuĆ©s de que ella se fue con Yuchi Jinwu, su tĆa tambiĆ©n se mudĆ³
con ella.ā
āSegĆŗn
sus vecinos, ella es muy religiosa. Antes de casarse, siempre iba al
Templo del Buda de Jade y al Templo DaoĆsta de Zixia. Todos los meses, el
primer dĆa lunar y el decimoquinto dĆa lunar, ella iba allĆ a rezarā.
Feng
Xiao finalmente abriĆ³ los ojos, "Ā”Ja! Ā”DespuĆ©s de hablar durante
tanto tiempo, esta fue la Ćŗnica informaciĆ³n Ćŗtil!
Pei
Jingzhe respondiĆ³, sintiĆ©ndose ofendido, āĀ”Entonces, tambiĆ©n necesito terminar
de decir la primera parte antes de poder continuar con la Ćŗltima parte! El
Templo del Buda de Jade ha sido muy bien recibido y generalmente siempre estĆ”
lleno, pero el Templo DaoĆsta Zixia es un poco especial. Ha sido
abandonado durante bastante tiempo. Rara vez verĆas un alma allĆ. Si
esta dama Qin querĆa rezar, Āæpor quĆ© no buscar un templo mĆ”s animado?ā
Feng
Xiao permaneciĆ³ callado, por lo que Pei Jingzhe continuĆ³: "Hace dos meses
el Templo DaoĆsta de Zixia recibiĆ³ un nuevo Maestro. Inmediatamente
despuĆ©s, se llenĆ³ de nuevo. Todos dicen que las artes curativas del Templo
Zixia son excelentes, y el nuevo Maestro del Templo allĆ es generoso y
amable. Mientras haya una llamada de auxilio, Ć©l la responderĆ”.ā
Feng
Xiao, "ĀæCuĆ”l es el nombre de este nuevo Maestro del Templo, y cuĆ”l es su
origen?"
Pei
Jingzhe, āSu apellido es Cui, su nombre completo es Cui Buqu. EscuchĆ© que
es un taoĆsta viajero, aunque su origen real sigue siendo desconocido."
Cui
Buqu. (1)
ĀæRehusarse
a ir a dĆ³nde? ĀæY por quĆ©?
La
tierra debajo de los cielos es vasta, Āæhay un lugar prohibido ir?
Feng Xiao
saboreo el nombre con su lengua, la esquina de sus labios se curvĆ³ hacia arriba
en una sonrisa.
De
hecho, esto es muy interesante.
ā¦
GLOSARIO
1.- Cui Buqu: Cui es un apellido. Buqu ( äøå») literalmente significa 'rehusarse a ir' o 'no ir'. Es una forma muy inusual / extraƱa de nombrar a alguien de esa manera.
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