Capítulo 4 Volcando mares y ríos


 

Para cuando Chen Yu despertó, el sol estaba en lo alto del cielo y hacía mucho que el rey se había marchado.

Chen Yu sentía una gran cantidad de dolor, sentía como si cada hueso de su cuerpo estaba destrozado. De hecho, como el rey había agarrado bruscamente su mano izquierda y la había torcido en su espalda, su muñeca estaba fracturada. La parte inferior de su cuerpo estaba enrojecida, inflamada y punzaba con calor. Chen Yu intentó revisarse, pero un simple toque inducía un dolor similar a ser pinchado con alfileres.

Esta única noche se había llevado prácticamente la mitad de su vida.

En los momentos donde le dolía tanto que era casi insoportable, no pudo hacer nada más que derramar lágrimas. Sin embargo, en los ojos de aquel que lo subyugó sus lágrimas de angustia eran como gotas de rocío decorando una flor de pera, aumentando la belleza y sólo invitando a un abuso más despiadado.

Chen Yu pasó la segunda mitad de la noche en un estupor y no podía recordar claramente. Cada vez que se recuperaba de su aturdimiento, ahí estaba él, aún incesante arriba de su cuerpo.

Comparado con el dolor y la incomodidad de su cuerpo, la resequedad de sus ojos era preocupante.

Temblando, alzó su cuerpo para enderezarse y vio las marcas de color gris que marcaban el colchón de la cama, sus piernas aún estaban húmedas y pegajosas.

Quería levantarse de la cama, sin embargo, debido a la falta de fuerza, cayó al suelo. La fuerza de sus piernas fue completamente extraída, impidiéndole mantenerse sobre sus dos piernas, por lo que utilizó la cama como soporte y se dirigió al tocador.

Utilizando el agua limpia de la vasija de cobre, remojó una toalla para limpiarse la cara y las manos, retirando cuidadosamente cualquier suciedad. Después, comenzó a vestirse con ropas, zapatos y calcetas finas. Cada vez que tocaba ciertos lugares en su cuerpo que le dolían, tenía que tomar una bocanada de aire frío.

‘Esto está bien también, no hizo falta hacer uso de las cosas que la anciana me enseñó.’

Chen Yu encontró un poco de alegría en el amargo sufrimiento y se consoló, lo bueno era que fue el rey quien tomó la iniciativa de asaltarlo y someterlo. No había necesidad en lo absoluto de que él asistiera y, por lo tanto, todas esas técnicas para seducir a un hombre no tuvieron uso.

Además, el rey era un hombre incansable y feroz al que no le agradaban los trucos elegantes, un hecho que había permitido que Chen Yu escapara del peligro de que su identidad masculina fuera descubierta. Él solamente era un juguete, el juguete del Rey de Zhen Bei.

“Dama Chen, después del desayuno, debe presentar sus respetos a la Princesa Consorte.”

 Alguien afuera de la habitación le recordó en un tono apenas perceptible.

En una prisa ansiosa, Chen Yu terminó de vestirse con cuidado y correctamente. El sirviente que entró tenía aproximadamente veinte años y usaba un conjunto de ropas azules e incluso portaba una espada, indicando que no era un sirviente ordinario.

“Soy el sirviente Song Qing, me ocuparé de la aplicación de la medicina de la Dama Chen.”

Chen Yu permaneció sin moverse y solamente parpadeo sus ojos.

“Oh. Las sirvientas de la dote de la Dama Chen fueron despachadas por la Princesa Consorte para hacer trabajo manual. La Dama Chen no debe de sorprenderse, ésta siempre ha sido la orden dentro del Palacio del Rey.”

No era de extrañar que no hubiera sirvientas que llegaran a atenderlo en la mañana, sin embargo, en cambio, un sirviente hombre había venido.

Chen Yu tomó el puñado de recipientes medicinales de la bandeja, algunos tenían polvo y otros ungüentos, pero no estaba seguro de como diferenciar cada uno de ellos.

“Song Qing ha servido a Su Alteza por más de diez años y cada mujer con la que él ha tenido relaciones requiere hacer uso de estos medicamentos. Por lo tanto, este esclavo los tiene listos y disponibles en cualquier momento.”

Así que no era solamente así de violento y cruel con Chen Yu, incluso los sirvientes habían desarrollado la práctica de preparar medicina para las secuelas de los eventos en la habitación nupcial.

Aunque Chen Yu no ponía su esperanza en que el rey lo viera de manera favorable y excepcional, aún esperaba que le hubiera ordenado a Song Qing que le llevara la medicina, sin embargo, por supuesto, éste no podía ser el caso.

Él era un esclavo mudo que había sido elegido como un sustituto de matrimonio, ¿en qué mundo él se beneficiaría o merecería el cuidado del Rey de Zhen Bei? Desde el principio, él no debía de tener fantasías tan extravagantes y excesivas.

 

 

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